Arquivo da tag: Homofobia

‘¡Eeeeh p…!’, el grito homofóbico que ‘divierte’ a los fans del futbol (CNN)

De repente alguien se lo gritó al portero, después ya fueron muchos y ahora ha suplido a la tradicional ‘ola’ en los estadios

Por Esmeralda A. Vázquez

Jueves, 27 de febrero de 2014 a las 06:26

La expresión 'puto' es empleada como ofensa en los juegos del futbol mexicano y también en partidos de la selección nacional (Especial).

La expresión ‘puto’ es empleada como ofensa en los juegos del futbol mexicano y también en partidos de la selección nacional (Especial).

 Lo más importante
  • El futbol es un modelo de masculinidad para la cultura mexicana
  • Para los especialistas, la palabra ‘puto’ reafirma el lenguaje ‘peladito’ y ‘cantinflesco’ del mexicano
  • Los futbolistas son productos de la cultura mexicana, donde deben sustentar su masculinidad
¿Por qué no se cambia el uso de la palabra y por qué no se grita ‘¡cobarde!’ o ‘¡heterosexual!’ en el estadio?, porque esas palabras no tienen toda la carga peyorativa que tiene la palabra ‘puto’
Genaro Lozano, politólogo

(CNNMéxico) — En los partidos de futbol de la LigaMX hay elementos que nunca faltan: dos equipos, cuatro árbitros, varios balones, elementos de seguridad, aficionados… y el grito de “¡eeeh puto!” cuando despeja el portero del equipo rival.

El ‘ritual’ es el siguiente: cuando el balón sale por la línea final del campo y lo toma el portero, los aficionados levantan los brazos, agitan las manos y preparan la garganta para gritar en cuanto el jugador del equipo rival despeje el balón. En ese momento se consuma el grito que enseguida provoca risas.

Leer FIFA indaga gritos homófobos de mexicanos en Brasil

“No lo utilizamos de una manera homofóbica. Alguien que es ‘puto’ es una persona que no defiende. Y también tiene la otra referencia hacia los gays, pero en el contexto del estadio es así, alguien sin valor, que no tiene los ‘huevos’ para pelear o para defender”, dijo en entrevista el Punker, integrante de la barra Sangre Azul que apoya al equipo Cruz Azul.

Según el diccionario de la Real Academia Española, esa palabra puede tener dos significados, el primero, “hombre que tiene concúbito con persona de su sexo”, y el segundo, refiere a una expresión que “denota el esfuerzo que se hace para no ser el último o postrero en algo”.

La expresión tiene más que ver con una cuestión del lenguaje que utiliza el mexicano y no con una connotación sexual, considera Carlos Albert, exfutbolista y conductor de televisión. El “pinche” o “chingar”, que supuestamente son malas palabras, añadió, también las conjugamos para bien o para mal, “no lo justifico, pero tampoco diría que es una ofensa para los que tienen una preferencia distinta”.

Pero el politólogo e internacionalista Genaro Lozano piensa lo contrario.

“Esta palabra se ha utilizado para tratar de amedrentar y hacer menos al equipo contrario en el estadio de futbol. Y la justificación que dan quienes la están utilizando es exactamente decir eso: ‘es que no nos estamos refiriendo para nada a la homosexualidad'”, señaló el también analista, quien ha abordado el tema en varios textos de su autoría.

“Si así fuera —que el grito no tiene connotaciones homofóbicas—, ¿por qué no se cambia el uso de la palabra y por qué no se grita ‘¡cobarde!’ o ‘¡heterosexual!’ en el estadio?, porque esas palabras no tienen toda la carga peyorativa que tiene la otra”, añadió.

Para el sociólogo Miguel Ángel Lara, dicha expresión, en el ambiente futbolístico, es resultado del lenguaje “peladito (vulgar) y cantinflesco” que caracteriza a la cultura del mexicano, que también ha hecho de este deporte un producto de la masculinidad.

“Es un ámbito masculino, donde toda la testosterona sale a flote, pero es una testosterona que no piensa, que no es inteligente, en cambio sí es manipulada, asustada, reprendida y tiene una limitante”, explica el también profesor de la Universidad Iberoamericana.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México(Enadis) 2010, 4 de cada 10 personas en México, sin importar el rango de edad (de 12 a 49 años), opinan que la preferencia sexual provoca mucha división entre la gente, además de permanecer como uno de los mayores problemas de intolerancia en el país.

Albert señaló que “alguien, algún día le gritó ‘puto’ al portero y le pareció gracioso, luego ya fueron cinco y después ya fueron muchos y ahora se convirtió así como en la ola en los estadios y de repente en una especie casi de costumbre”.

“La gran dificultad (para controlarlo) es por el arraigo cultural de ciertos estereotipos sobre los cuales se ha construido este deporte, por ejemplo, una visión de un espacio donde no solamente se juega lo deportivo, sino lo masculino”, dijo Ricardo Bucio, presidente del Conapred, en una entrevista para CNNMéxico en 2013.

Armando Navarrete, portero del Puebla de la LigaMX y exguardameta de equipos como América, Necaxa y Atlante, explica que un futbolista está expuesto a todo y que la cancha y en general el estadio, es un espacio de libre expresión y que para eso los aficionados pagan su boleto.

“A mí nunca me ha parecido bien, pero uno como jugador tiene que aguantar. Como portero, si se dan cuenta que fallo me dicen de cosas, pero no me queda más que aguantar y enfocarme en el partido”, dijo en entrevista telefónica.

La idiosincrasia y la figura del machismo, señalaron las fuentes consultadas por CNNMéxico, influyen en el comportamiento de quienes asisten a los estadios y se expresan de esta manera en las tribunas.

“La cultura popular tiene en nuestro país desde hace muchísimos años ese tipo de cuestiones que pueden parecer pintorescas, chistosas. México es el país del albur y del doble sentido. Los mexicanos usamos un idioma y una jerga que a muchos se les hace simpático y eso, que es parte de nuestra idiosincrasia, se refleja también en el futbol”, añade Albert.

Pero Ricardo Bucio, titular del Conapred, piensa distinto. “El grito de ‘puto’ —al igual que los de ‘maricón’, ‘joto’, ‘puñal’, etc.— es expresión de desprecio, de rechazo. (…) Homologa la condición homosexual con cobardía con equívoco. Pero es también una forma de equiparar a los rivales con las mujeres, haciendo de esta equivalencia una forma de ridiculizarlas en un espacio casi exclusivamente masculino”, escribió en un artículo publicado en el portal de dicho Consejo, luego de que México ganara la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Los futbolistas “son productos culturales que forman parte de la familia mexicana y de esa educación de: ‘tú eres el hombrecito, los hombres no lloran’. Es un deporte viril, también en los discursos de la televisión es una entrada viril, de ‘¡hombre!’, sobre todo cuando se barren o cabecean”, complementa Miguel Ángel Lara.

En marzo del 2013, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)determinó que las expresiones “maricones” o “puñal” son ofensas discriminatorias que no pueden ser resguardadas por la libertad de expresión que consagra la Constitución en su artículo sexto, sin embargo, la palabra “puto” no fue incluida.

“Nosotros somos así, nos gusta decir esa palabra y muchas más. Creo que esa palabra no es tan ofensiva”, comenta El Punker, miembro de la barra Sangre Azul.

Robbie Rogers, jugador estadounidense del equipo Los Ángeles Galaxy de la liga de EU; Anton Hysen, futbolista sueco del Utsiktens BK de la tercera división de ese país; Marcus Urban, un alemán que prefirió retirarse tras dar a conocer su homosexualidad, son algunos de los jugadores de soccer que han hecho públicas sus preferencias, además del también alemán Thomas Hitzlsperger, quien reconoció ser homosexual en enero, tras anunciar que se retiraba como profesional.

“El futbolista mexicano que decida ‘salir del clóset’ debe ser consciente de que tendrá que aceptar algún insulto, aunque igual con el tiempo todo se va a calmar”, afirma el portero del Puebla.

Por su parte, El Punker asegura que si esto ocurriera, sería una presión más para el jugador. “Si es del equipo contrario, nos lo acabaríamos, haríamos mucho, mucho folclor de eso. Pero si se trata de un jugador de nuestro equipo, no dejaríamos de decir ‘puto’ (a los rivales), pero al nuestro sí lo defenderíamos”.

“¿Por qué no nos hacemos la pregunta de si algún director técnico estaría dispuesto a que sus jugadores se sumen a una campaña contra la homofobia?, yo creo que ninguno lo haría, porque muchos de ellos utilizan este lenguaje justamente cuando quieren criticar al oponente, les gritan ‘mujercita’, ‘pégale como hombre’. Sus comentarios son homofóbicos, misóginos y sexistas”, afirmó Genaro Lozano.

Apenas el lunes, la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) anunció que en los partidos oficiales de liga, copa y ascenso será implementado el protocolo contra racismo que dicta la FIFA.

Para Lozano, el Conapred debería asumir un papel más protagónico para hacer frente a este tipo de problemáticas. “(Porque) no ha hecho ningún tipo de campañas justamente para combatir la homofobia. Hace falta el respaldo institucional”, concluyó.

Temas relacionados

Mexico chief defends use of gay slurs at the World Cup (Goal.com)

By Vaishali Bhardwaj

23 Jun 2014 9:11:00 AM

The chief operating officer of El Tri says that Fifa can do nothing about the slurs that fans have used at the World Cup in Brazil

Mexico chief defends use of gay slurs at the World CupThe chief operating officer of the Mexico national team has defended the use of gay slurs by the country’s fans, saying that nothing can be done about it.

Mexican supporters who have travelled to watch their side compete in the World Cup in Brazil have been heard shouting a derogatory term each time an opposing goalkeeper takes a kick – a common practice in Mexico.

Four days ago, football’s world governing body, Fifa, announced they had begun disciplinary proceedings in response to the chants.

However, the COO of the Mexico team, Héctor González Iñárritu, defended the fans and explained that it was part of the country’s culture.

“The [Mexican] Federation is unable to restrict this expression. We cannot do anything legally or administratively,” he stated.

“It is not aggression – it is something that we’ve had for a long time in the Mexican League and in international matches.

“The people of Brazil were also yelling ‘wh**e’ at Guillermo [Ochoa] and it’s the same. Fifa would have to punish all federations.”

Mexico coach Miguel Herrera backed the use of the slur recently when he said: “We’re with our fans. It’s something they do to pressure the opposing goalkeeper.”

But, Piara Powar – a member of FARE (Football Against Racism in Europe) and the Committee Against Racism – condemned the behaviour.

“The homophobic chants are totally unacceptable. There must be action quickly before it starts to run out of control,” he said.

“Fifa have strong regulations in this regard. Zero tolerance is what is required here.”

Under Fifa’s regulations, supporters could face punishments such as suspensions or expulsions from grounds if they are found guilty of breaching the rules.

“The sporting sanctions are the only effective punishment,” Fifa president Joseph Blatter said.

Mexico World Cup Chants: Diego Luna Condemns Homophobic ‘Puto’ in Soccer (Latino Post)

By Robert Abel

First Posted: Jun 22, 2014 02:24 PM EDT

Diego Luna

Cada Vez nos Despedimos Mejor Press Conference (Photo : Clasos/CON LatinContent Editorial)

Mexican actor Diego Luna is speaking out against homophobic chants during World Cup matches. Fox News Latino reported that the award-winning actor and producer said it is regrettable that homophobic terms like “puto,” a common cry heard at Mexico’s soccer stadiums, are used to insult players during games.

Some say the word means weak or coward and isn’t directed at gays, but it is clearly meant to mock an opponent as weak and unmanly.

“I went to the [2006] World Cup in Germany, and I did hear [that cry],” the actor said in an interview with MVS radio. He said he never joined in because he couldn’t be proud of doing so.

“Soccer is a reflection of what we are in many ways,” he said. “We live in a classist, racist, homophobic society into which we are very assimilated, that’s all. I’m not really proud of that.”

On Thursday, the International Federation of Association Football, or FIFA, opened a disciplinary inquiry into the chants Mexican fans yelled during World Cup games against Cameroon and Brazil.

ESPN told Outsports it will try to prevent the chants from being heard on-air Monday when Mexico plays Croatia. The network says it is sensitive to the chant.

Andres Aradillas-Lopez, an economics professor at Penn State University, was born in Mexico and said he told Outsports the slur disgusts him.

“I heard them during the Cameroon game and also today against Brazil. Every single time the opposing goalie had a goal kick, they chanted [‘puto’],” Lopez said. “The media should make a bigger deal out of this and publicly shame that country and its fans. No other country in the world does this, and it would be unacceptable in any U.S. stadium.”

Mexico national team coach Miguel Herrera didn’t take the chants seriously, saying, “We have nothing to say; we’re with the fans. They do it to put pressure on the other team’s goalkeeper — I don’t think it’s that serious.”

FIFA statutes state that discrimination — by players, coaches or fans — against any country, individual or group for their race, skin color, ethnic origin, nationality, sex, language, religion or other factor is prohibited.

Luna has played LGBT characters in his films, including “Y Tu Mama Tambien” and “Milk.”

LGBT activists have been using the World Cup to draw attention to anti-gay killings that have plagued Brazil. Last year there were 313 anti-gay killings in the country, according to watchdog Grupo Gay de Bahia.

O tabu das arquibancadas (Pública)

O TABU DAS ARQUIBANCADAS

14.11.13 Por Ciro Barros e Giulia Afiune – 

Surgimento de torcidas gays em 2013 mostra que LGBTs querem ocupar espaço no esporte (Foto:Reprodução/Facebook Bambi Tricolor)
“Ganhamos fama de pé quente”, conta o criador da Coligay, que aos pouco conquistou o apoio de outros torcedores do Grêmio.  (Foto: Reprodução/ Acervo Revista Placar)
Selinho de Emerson Sheik compartilhado no Instagram desperta reações agressivas. (Foto: Reprodução/Instagram/10emerson10)
Logo da Galo Queer exibido na Marcha das Vadias de Belo Horizonte, em 2013. (Foto: Reprodução/Facebook Galo Queer)
Torcedora do Atlético-MG em frente ao Mineirão.  (Foto: Reprodução/Facebook Galo Queer)
Torcedores assumem homofobia em protesto contra a contratação do volante e lateral Richarlyson. (Foto: Reprodução/Impedimento.org)
Torcedores da Camisa 12 em protesto contra o selinho de Sheik em agosto desse ano. (Foto: Mauro Horita/AGIF )
Usando túnicas com as cores do grêmio, a Coligay inovava no jeito de torcer (Foto: Reprodução/Acervo Imortal Tricolor)
Símbolos da Gaviões da Fiel e da Gaivotas Fiéis. Para a Gaviões, houve plágio do jornalista Felipeh Campos (Foto: Reprodução)

Enquanto torcedores formam grupos para dar visibilidade à homossexualidade, organizadas temem perda de espaço. Discussão sobre homofobia no futebol é inadiável

O ano de 2013 foi expressivo para a discussão de dois grandes tabus do futebol brasileiro: a homossexualidade e a homofobia. Em 9 de abril, torcedores do Atlético-MG fundaram a Galo Queer, uma página no Facebook que reúne torcedores alvinegros com uma postura anti-homofobia e anti-sexismo. “Galo” é o apelido do clube de Minas Gerais e “Queer”, em inglês, significa gay. Em 15 dias, a página ganhou cinco mil fãs, e hoje conta com mais de 6.600.

O gesto da torcida atleticana motivou outras a fazerem o mesmo. Ao longo do mês de abril, surgiram páginas semelhantes de torcidas de todo o país: CruzeiroSão_PauloNáuticoGrêmio,VitóriaBahiaInternacionalPalmeirasCorinthiansFlamengo, entre outros. A lista é extensa e mostra que a discussão da homofobia no futebol, até então, ainda estava dentro do armário.

“O estádio é um ambiente super homofóbico. Lá não se vê nenhuma manifestação de diversidade afetiva”, diz o jornalista – e palmeirense – William de Lucca, colaborador da Folha de S. Paulo em João Pessoa, na Paraíba. Ele é homossexual assumido e se esforça para prestigiar os jogos do Palmeiras em cidades próximas, como Recife ou Natal. William já era militante LGBT e, assim que ouviu falar, aderiu à página anti-homofóbica “Palmeiras Livre”. “Em 2008, eu morei alguns meses em São Paulo e tinha um namorado que era palmeirense também. A gente foi até aconselhado por um amigo dele da torcida organizada a não ter nenhuma demonstração de afeto dentro do estádio, porque a gente poderia ser agredido”, lembra. “A gente sempre fica com medo. Em outros ambientes, sou muito seguro quanto a manifestar meu afeto: ando de mão dada e tal, inclusive na rua, mas acho que o estádio de futebol é mais hostil do que a própria rua, sabe? A homofobia é muito mais explícita”, conta.

“A gente só não tem mais relatos disso porque os homossexuais que torcem nos estádios não arriscam nenhum tipo de demonstração afetiva”, conclui William.

Dentro da Palmeiras Livre, assim como nas outras organizações, ainda se discute quais serão os próximos passos. Os integrantes querem ocupar as arquibancadas, mas temem agressões físicas, já que as verbais ocorrem diariamente. “Dia sim e outro também nós recebemos ameaças”, conta a fotógrafa e analista de mídias sociais Thaís Nozue, também integrante da Palmeiras Livre. “As pessoas vem ameaçando, dizendo que estão mexendo com o time errado, que eles vão descobrir quem é, que não sei o quê”. Por enquanto, a hostilidade está restrita a mensagens no Facebook como: “Vão morrer”, “Experimenta aparecer na torcida e vocês vão apanhar”, “A Mancha [maior organizada do Palmeiras] bate em polícia e não vai bater em um monte de bicha?” – o que não significa que a ameaça venha da Mancha, como explica Thaís.

Segundo ela, a causa da Palmeiras Livre também foi rechaçada pelas organizadas alviverdes. “A gente até tentou uma aproximação com as organizadas, mas elas deram um recado para a gente não se meter com elas. Às vezes aparecem pessoas se dizendo das organizadas nos ameaçando, mas a gente não tem como comprovar se são mesmo”, diz.

A HOMOFOBIA VESTE VERDE?

Procurado pela Pública, Marcos Ferreira, o Marquinhos, presidente da Mancha Alviverde, não quis dar uma entrevista sobre a polêmica da homofobia e sobre um episódio envolvendo o volante e lateral Richarlyson, hoje no Atlético-MG e tido como homossexual, apesar de sempre se declarar heterossexual.

No início de 2012, o Verdão estudava a possibilidade de contratar Richarlyson. A Mancha Verde convocou um protesto no dia 4 de janeiro, na frente do Centro de Treinamento (CT) do Palmeiras, zona oeste de São Paulo. Segundo a torcida o motivo era uma rixa antiga com o jogador, que estava à beira de um acordo com o Alviverde, mas acabou indo jogar no rival São Paulo. Porém, uma grande faixa estendida por duas pessoas durante aquele ato dizia: “A homofobia veste verde”.

Ao telefone, Marquinhos negou repetidas vezes que a Mancha tenha algo a ver com a faixa – ela seria obra de duas pessoas desconhecidas da organizada que foram ao protesto. Mas ele disse que “não via nada de agressivo na faixa”. A Pública também tentou contato com Richarlyson, mas foi informada pelo seu empresário, Julio Fressato, que ele estava se recuperando de uma cirurgia.

O SELINHO DE SHEIK E O VOO DAS GAIVOTAS

Na esteira das iniciativas anti-homofóbicas, dois episódios jogaram o Corinthians no centro da discussão. O atacante Emerson Sheik, herói corintiano da inédita conquista da Libertadores em 2012, foi vítima de uma onda de ataques homofóbicos depois da vitória do Corinthians sobre o Coritiba por 1 a 0, no Pacaembu, no dia 18 de agosto. Para comemorar, Sheik postou uma foto em seu perfil oficial no Instagram em que aparecia dando um selinho em um amigo de longa data, o empresário Isaac Azar. “Tem que ser muito valente para celebrar a amizade sem medo do que os preconceituosos vão dizer. Tem que ser muito livre para comemorar uma vitória assim, de cara limpa, com um amigo que te apoia sempre”, escreveu.

No dia seguinte, cinco integrantes da Camisa 12, segunda maior torcida organizada do Corinthians, foram ao CT do clube protestar contra a atitude de Sheik, levando três faixas que diziam “Vai beijar a P.Q.P. Aqui é lugar de homem”, “Respeito é pra quem tem” e “Viado não”.

Dois meses depois, o jornalista e apresentador Luiz Felipe de Campos Mundin, que assina como Felipeh Campos, anunciou que faltava pouco para fundar a já polêmica Gaivotas Fiéis, primeira torcida organizada com conceito gay do Corinthians.

Pública conseguiu entrevistar um personagem importante em ambos os episódios, Marco Antônio de Paula Rodrigues, de 34 anos. Conhecido pelo apelido “Capão”, por ter crescido no Capão Redondo, bairro periférico da zona sul de São Paulo, ele é presidente da Camisa 12, e foi um dos cinco que protestaram contra o selinho de Sheik. Ele revela ter sido o autor da faixa que dizia “Viado não” – a única, dentre as três, que considera agressiva. “Só essa foi um pouco mais forte, foi um excesso. Eu que risquei com o spray essa faixa, eu até pensei [que era agressiva], mas depois que nós já estávamos lá, a gente não podia voltar atrás”, diz. Trajado da cabeça aos pés com roupas da Camisa 12 (boné, camiseta, agasalho, bermuda e até meias da torcida), Capão é assertivo, olha nos olhos e tem a voz rouca. Aceitou falar durante uma hora e meia com a reportagem da Pública na sede da torcida, no bairro paulistano do Pari, região central, para “dar a explanação” sobre os dois episódios.

Sobre a iniciativa de Felipeh Campos, Capão vê a nova torcida gay como puro marketing. “Acredito que ele está pensando mais numa autopromoção do que numa torcida organizada. Porque para nós, uma torcida organizada começa como a gente sempre troca ideia nas torcidas: o cara vai para uma caravana, o cara participa de vários jogos do Corinthians na arquibancada e não na numerada, a pessoa participa de inúmeras manifestações corintianas que teve nesses últimos anos, tanto de protesto contra diretoria, contra jogador. Tem uma caminhada ideológica dentro de uma instituição para você fundar uma torcida organizada. Torcida organizada não é um comércio, mano”, argumenta.

“Tomei muita borrachada da polícia por aí, passei muita fome na estrada, nunca fomos pra qualquer lugar e fomos bem recebidos por qualquer órgão que cuida da organização do jogo no estádio, da segurança pública, nós sempre fomos maltratados por muitos deles, então a torcida organizada não é simplesmente chegar e falar: ‘Ó, vou criar uma torcida hoje. Vou criar uma camisa e vou pro estádio’”.

Para Capão, é “inaceitável” a escolha do nome da torcida gay e a corruptela do símbolo do Corinthians – no brasão da Gaivotas,  além da nova ave, o símbolo tem como fundo um espelho de maquiagem com direito a pincel e lápis, e a bandeira do Estado de São Paulo foi pintada com as cores do arco-íris, ícone do movimento gay.

Símbolos da Gaviões da Fiel e da Gaivotas Fiéis. Para a Gaviões, houve plágio do jornalista Felipeh Campos (Foto: Reprodução)

Símbolos da Gaviões da Fiel e da Gaivotas Fiéis. Para a Gaviões, houve plágio do jornalista Felipeh Campos (Foto: Reprodução)

“Eu acho que o rapaz lá acaba beirando até o ridículo… Ele está transmutando as nossas coisas. Tanto pelo nome que ele coloca se referindo a uma torcida que tem uma puta tradição [Gaviões da Fiel, a maior organizada do Corinthians, fundada em 1969] quanto do nosso símbolo do Corinthians, ele colocar um espelho e uns negócios de maquiagem no símbolo… Numa entrevista que eu vi, perguntaram: ‘Mas por que isso daí?’ E ele: ‘Ah, porque na verdade o corintiano vai gostar de se pintar na arquibancada’. Meu, torcida do Coringão é 90 minutos, mano. A gente gosta é de cantar, de sofrer, de chorar pelo Coringão. Não é de se pintar. Com todo o respeito, nem as nossas mulheres fazem isso”, afirma Capão, que é contra a existência de uma torcida gay. “Já digo de pronto que eu não sou favorável a ter uma torcida gay, porque eu acho que os gays não precisam disso daí pra poder se achar numa sociedade que já está abrangendo todo mundo”.

Perguntado se existem gays na Camisa 12, Capão não hesita: “Nós não temos gays na torcida, mano. Pelo menos nunca soubemos, entendeu. Meu, se o cara tá lá, tá assistindo o jogo. Tudo bem, nós vamos respeitar, mas qualquer faixa assim, nós somo contra mano. Nós não queremos, de verdade mano, aqui dentro da 12. Pra nós é sério o estádio, não é só pra brincar”. Capão, explicando que, se “no meio de um gol os dois de repente se beijarem no meio da nossa torcida”, seria “ruim”: “O estádio pra nós é um templo”.

O lastro, para Capão – que não se considera homofóbico –, é sempre a tradição. “O cara ir pro jogo, se for um homem, de shortinho amarradinho, camisa amarradinha e todo pintado… Pra nós não rola meu, de verdade. Porque o nosso tradicionalismo, infelizmente, meio ogro, tá ligado, até beirando homem da caverna não permite isso daí, certo?”. Se a Camisa 12 fosse homofóbica, exemplifica Capão, “a gente juntava os associados da 12 e ia lá na passeata gay quebrar todo mundo. No entanto que ninguém tá muito se manifestando [sobre a Gaivotas Fiéis], certo? Por quê? Porque tudo que a gente fala, a mídia distorce”.

Sobre o episódio do selinho do Sheik, Capão diz que o problema foi o atacante ter declarado que o beijo era para comemorar a vitória do Corinthians. “Quando ele falou que ele estava fazendo aquilo pra comemorar o jogo ele já transferiu a responsa pro Corinthians”, afirma, explicando que, depois do episódio, onde quer que o Timão jogue é recebido com gritos de “beija beija beija” pelos torcedores rivais. “Estávamos ali [no protesto] representando muitos torcedores. Muitos pediram para que a gente tomasse a frente, tanto que eu recebi inúmeras congratulações depois”, diz.

GAVIÕES X GAIVOTAS

A Gaviões da Fiel, maior organizada do Corinthians, fez uma denúncia de crime contra a propriedade industrial no 1º DP de Guarulhos, contestando a sátira à marca da torcida, que é registrada. A torcida reclama que a proximidade dos nomes e símbolos das duas pode induzir ao erro. “Eu não sei onde eles enxergaram plágio”, contesta Felipeh Campos, da Gaivotas. “A minha torcida chama Gaivotas Fiéis, não é gavioa. Já começa que Gaivota é feminino, não é masculino. Se eu tivesse colocado cílios e salto alto no gavião, aí eu até acredito que poderia ter sido uma questão de plágio. Porém eu não estou utilizando as peças do emblema para plagiar alguma coisa. Entendo isso como uma retaliação homofóbica”, diz.

Felipeh conta que vem sendo ameaçado nas redes sociais, e que foi agredido verbalmente na semana passada, na Avenida Paulista. “As ameaças são coisas do tipo ‘Cuidado, eu vou te matar’, ‘Você já tá jurado de morte’, ‘Abre teu olho’. Então você vê que são atitudes extremamente homofóbicas e preconceituosas, elas não têm outros motivos”, diz. Sobre a agressão ao vivo, ele conta que ocorreu na saída de seu trabalho, na sede da TV Gazeta, na avenida Paulista. “Eu estava com um amigo meu na Paulista e um cara passou, me esbarrou e começou a me xingar. E eu falei: ‘É comigo que você tá falando?’ E ele: ‘ Você acha que é com quem? Tá pensando que você e a sua turminha vai entrar em estádio? Não vai não, mano’. E eu falei: ‘Bom, vamos conversar, abaixa o tom de voz’. E aí ele continuou a gritar e eu falei: ‘Ótimo, a polícia está vindo ali, eu vou te incriminar agora em crime de homofobia e você vai sair daqui para a cadeia’. Aí na hora que ele viu que a polícia vinha vindo a pé, ele meio que saiu de canto e deu um pinote”, relata.

Felipeh Campos conta que desde pequeno frequenta estádios.  “O futebol nas décadas de 70 e 80 era uma grande festa. Mas foi crescendo de uma forma tão grande que deixou de olhar para a questão democrática. Não está escrito na porta do estádio que só é permitida a entrada de homens, né? Eu acredito que não só os gays têm que frequentar os estádios, como a mulher, as crianças, entendeu? O futebol é pra todos”, diz. “Mas é claro que o conceito da torcida é gay e o meu objetivo maior é inserir o público gay no estádio de futebol. Eles [as organizadas] monopolizaram os estádios”, diz.

De fato, a divisão do estádio do Pacaembu é um dos argumentos de Capão para rejeitar a convivência com as Gaivotas. Por determinação da Federação Paulista de Futebol, as organizadas do Corinthians têm que ocupar as arquibancadas Verde e Amarela, atrás de um dos gols, nos jogos em que o clube é mandante. Se ficasse fora desse setor, a Gaivotas estaria violando a regra. “Mas dentro desse setor, nós já temos seis torcidas: temos a Gaviões da Fiel, temos a Camisa 12, a Pavilhão 9, a Estopim da Fiel, a Coringão Chopp e a Fiel Macabra. São seis torcidas que estão ali e todas elas obtiveram a caminhada. Ninguém chegou do nada não”, argumenta Capão.

Felipeh garante que o objetivo não é “fazer represália com qualquer tipo de segmento sexual”. Porém, sobre dividir espaço com as outras organizadas, ele é enfático. “Nem que eu tiver que pedir segurança para o exército. Mas que a minha torcida vai entrar nos estádios, isso vai, com certeza. Nem que a gente tenha que chegar de carro-forte, de tanque”. Ele ressalta que a sua torcida será profissional e que todo o corpo diretivo será remunerado, diferentemente das outras organizadas.

Procurado pela Pública, Jerry Xavier, diretor da Gaviões da Fiel, disse que a torcida não se pronuncia sobre esse tema. O Corinthians também afirmou, via assessoria, que não se manifesta a respeito de torcidas.

HOMOFOBIA BATE RECORDE NO BRASIL

O Brasil, o país do futebol, vem sendo líder no ranking de mortes por homofobia. Segundo dados do relatório “Assassinatos de Homossexuais (LGBT) no Brasil”, de 2012, do Grupo Gay da Bahia, o Brasil concentra 44% do total de assassinatos por motivação homofóbica no mundo. Em 2012, foram registradas 3.084 denúncias de violações ligadas à homofobia e 310 homicídios por esse motivo. Veja o infográfico abaixo.

ESTÁDIO: A TERRA DO MACHO

“Por ser o estádio um ambiente que tem uma série de permissões nas relações masculinas – carinhos, afetos, às vezes até mesmo agressões – é necessário que esse ambiente seja considerado seguro para os homens. Para garantir essa suposta ‘segurança’, os torcedores precisam reforçar a sua masculinidade. E uma das coisas que melhor reforça a masculinidade na nossa cultura é a homofobia. Por isso ela aparece de forma tão gritante”, afirma o pedagogo e professor da UFRGS, Gustavo Andrada Bandeira, autor da tese de mestrado “‘Eu canto, bebo e brigo…alegria do meu coração’: currículo de masculinidades nos estádios de futebol”.

Para Bandeira, esse é o motivo da rejeição às torcidas gays: “Se a torcida do Corinthians, do Grêmio ou do Internacional for a primeira a levantar uma bandeira pró ações afirmativas, ela poderá ser chamada de a ‘torcida gay’, e as torcidas acham que isso é um problema”, diz.

Para Marco Antonio Bettine de Almeida, professor livre docente na Pós-graduação em Mudança Social e Participação Política da EACH-USP, a reação é “natural” num espaço que sempre foi dominado pelo masculino. “A partir do momento que as agendas de visibilidades desses grupos excluídos, que tiveram seus direitos cerceados, que são espancados, é natural, vendo a representação que o futebol tem no Brasil, começar toda essa movimentação de garantir uma representação nesse espaço eminentemente masculino, do macho, do falo”. Para ele, no entanto, há espaço para negociação entre os grupos LGBT e as organizadas. “Uma mulher no estádio é aceita, por exemplo, mas tem que representar os papéis dentro do estádio, que é torcer, xingar, participar. As torcidas gays ou não gays têm que incorporar um pouco da história desse espaço do torcer. E conhecer, minimamente, os códigos, senão vai gerar conflito. Porque o espaço é um espaço sagrado e tem uma carga cultural muito forte”.

Bandeira discorda. “Se é uma torcida gay, que ela tenha comportamentos diferentes das torcidas não gays. É sempre complicado quando a gente quer transgredir as regras de gênero sexual num ambiente muito marcado. Mas me parece que seria muito mais interessante se eles fizessem algo diferente”. Foi essa a aposta da Coligay, a primeira torcida homossexual do país, que em plena ditadura militar conquistou seu espaço dentre os torcedores do Grêmio (leia Box).

Uma inspiração para o caso brasileiro pode ser a GFSN (Gay Football Supporters Network, Rede de Torcedores de Futebol Gays, numa tradução livre). Fundada em 1989, a associação do Reino Unido tem diversas iniciativas para a inserção do público LGBT no futebol. “Estamos em contato permanente com muitos clubes para recomendar políticas anti-homofóbicas por parte deles”, afirma Simon Smith, do departamento de comunicação. “Ajudamos, por exemplo, a consolidar os Gay Gooners, a torcida LGBT do Arsenal e conseguimos o apoio formal de representantes do Liverpool e do Everton para a parada do orgulho LGBT da cidade de Liverpool. Dentro de campo, organizamos há dez anos campeonatos de futebol voltados ao público LGBT para a inclusão no esporte”, conta Smith.

A GFSN também registra com precisão britânica a ocorrência de gritos e cânticos homofóbicos nos estádios – e faz campanha permanente contra eles. “Na temporada passada, os torcedores do Brighton & Hove Albion FC sofreram com cantos homofóbicos em 72% dos jogos que disputaram. Nós documentamos isso e enviamos à FA (Football Association, a CBF inglesa), que ainda não tomou nenhuma atitude. Mas nós continuamos pressionando”, diz.

No próximo ano, a Copa do Mundo promete ser palco de discussão sobre homossexualidade –  pelo menos em São Paulo, onde mais de 40 mil pessoas são esperadas para acompanhar a transmissão dos jogos nos telões da Fan Fest, no Vale do Anhangabaú, centro da cidade. Ali, a prefeitura planeja realizar uma intervenção para discutir homofobia, com direito a exibição de vídeos em telas e distribuição de folhetos sobre o tema. Outra ação que está sendo estudada é transmitir os jogos em telões no Largo do Arouche, um “point” LGBT da cidade, para esses torcedores.

Um pouco de história: em plena ditadura, nascia a Coligay

A tentativa de formar uma torcida organizada gay não é novidade no futebol brasileiro. Foi no dia 10 de abril de 1977, quando o Grêmio foi disputar uma partida pelo Campeonato Gaúcho contra o Santa Cruz (RS), que a novidade estampava as arquibancadas do estádio Olímpico: cerca de 60 torcedores homossexuais impressionaram os demais pela festa que faziam. Era a Coligay, a primeira torcida organizada assumidamente gay do Brasil. A Coligay foi fundada por Volmar Santos, que hoje é colunista social do jornal O Nacional, de Passo Fundo (RS).

Gremista fanático, Volmar nunca deixou de frequentar o Olímpico. “Eu ia aos jogos e achava as torcidas muito quietas, sem animação nenhuma. Foi quando eu resolvi formar uma torcida organizada. Aí me veio a ideia de fazer uma torcida gay”, conta. A ideia surgiu quando ele administrava a boate Coliseu, em Porto Alegre, voltada ao público gay, que não tinha muitas opções na capital gaúcha. O nome Coligay vem do nome da boate. “Foi aí que eu mandei fazer uns kaftas, uma espécie de túnica com as cores do Grêmio, e fomos torcer no estádio. A nossa marca era nunca deixar de cantar, fazer festa, apoiar sempre o nosso time. E a cada jogo a gente inventava coisas diferentes”, relembra. A torcida ganhou fama de pé quente: em 1977, com a Coligay nas arquibancadas, o Grêmio quebrou um jejum de oito anos sem títulos estaduais.

Naquele longínquo ano de 1977, o mesmo Corinthians chegou a convidar a torcida gay a prestigiar os seus jogos – e a Coligay esteve presente na quebra do jejum de 23 anos sem títulos do Timão. “Ganhamos fama de pé quente e o Vicente Matheus [ex-presidente do Corinthians] nos convidou. Assistimos o título do Corinthians contra a Ponte Preta de dentro do Morumbi, vestidos como gremistas”, recorda.

A Coligay durou cerca de seis anos, e acabou em 1983. “A torcida era muito centrada na figura do Volmar. Quando ele teve que ir para Passo Fundo, não teve uma liderança que conseguisse dar continuidade”, conta Leo Gerchmann, repórter especial do jornal Zero Hora, autor de um livro sobre a Coligay que deve ser lançado nos próximos meses.

Segundo Léo, a torcida enfrentou muita resistência por parte do Grêmio e da sua organizada Eurico Lara. “Temendo agressões, eu até coloquei o pessoal pra fazer karatê pra nos defendermos de possíveis ataques”, diz Volmar. Assim, na ocasião em que foram de fato atacados por torcedores do Gaúcho, clube de Passo Fundo, durante o Campeonato Gaúcho de 1977, a Coligay colocou os agressores para correr. “Com o tempo o clube e a própria torcida adotaram a Coligay. Alguns conselheiros gremistas até deram apoio financeiro à torcida. Acho uma página bonita da história do Grêmio, de aceitação da diferença”, diz Gerchmann. “Houve outras experiências de torcidas gays, coisas efêmeras no Cruzeiro, Fluminense e até no Internacional, que teve a Inter Flowers. E dois anos depois da Coligay, teve a Fla-Gay fundada pelo carnavalesco Clóvis Bornay, apesar dele ser vascaíno”.

O blog Copa Pública é uma experiência de jornalismo cidadão que mostra como a população brasileira tem sido afetada pelos preparativos para a Copa de 2014 – e como está se organizando para não ficar de fora.

Nos últimos 150 anos, já tentaram de tudo para a ‘cura gay’, diz livro (Folha de S.Paulo)

14/05/2013 – 16h32

da Livraria da Folha

A tentativa de transformar homossexuais em héteros usando métodos “científicos” já tem mais de 150 anos. A medicina, segundo os pesquisadores James Naylor Green e Ronaldo Polito, já tentou de tudo para “curá-los”.

“Confinamento, choques elétricos, medicação pesada, tratamento psicológico ou psiquiátrico, psicanálise individual, de grupo e familiar, camisa de força, transplante de testículos, eis aí algumas das “técnicas” de intervenção no corpo e na mente dos homens que preferem se relacionar afetiva e sexualmente com outros homens”, contam em “Frescos Trópicos”.

O título faz parte da coleção “Baú de Histórias”, coordenada pela historiadora Mary Del Priore, autora “Histórias Íntimas”“Ancestrais: Uma Introdução à História da África Atlântica”“A Família no Brasil Colonial”“500 Anos Brasil: Histórias e Reflexões“Festas e Utopias no Brasil Colonial” e“Matar para Não Morrer” e do recém-lançado “O Castelo de Papel”.

No livro, os autores examinam o período entre as décadas de 1870 e 1980, fundamentados em informações publicadas nessa época. Abaixo, leia trecho de “Frescos Trópicos”.

 

Acompanha o surgimento lento de uma consciência sobre a homossexualidade “Pode-se dizer que a medicina, nos últimos 150 anos, já tentou ou propôs de tudo para a “cura” dos homossexuais. Confinamento, choques elétricos, medicação pesada, tratamento psicológico ou psiquiátrico, psicanálise individual, de grupo e familiar, camisa de força, transplante de testículos, eis aí algumas das “técnicas” de intervenção no corpo e na mente dos homens que preferem se relacionar afetiva e sexualmente com outros homens.

Entre inúmeros exemplos do passado, citemos Pires de Almeira, em “Homossexualismo”, de 1906, que propõe um tratamento específico para os invertidos. Mas, primeiro, vamos entender o que ele chama de “invertido”: “é aquele que, de nascença, é já invertivo, e que, em toda a associação sexual, representa o papel de macho: é, pois, um macho mais macho, se se trata de um homem”. “Invertidos”, portanto, nascem homossexuais, diferentemente dos “pervertidos” que, segundo o autor, “depois de terem sido já sexuais normais, se tornaram invertidos por qualquer motivo”.

Para Pires de Almeida, o tratamento dos “pervertidos” é somente um pouco mais simples do que dos “invertidos”. Para estes ele recomenda, entre outros procedimentos:

“O invertido deveria ser acompanhado desde a infância, vigiado por uma espécie de tutor que, à feição de um aparelho ortopédico moral, fosse-lhe obstáculo ao desvio, trabalhando pertinentemente para que a consolidação se efetue em absoluto. (…)

Antes de tudo, devemos lembrar que tais desregramentos são puramente moléstias mentais; e, por isso, aconselharei, quando não tenhamos acompanhando o indivíduo desde a infância, e hajamos iniciado o tratamento em idade tardia, medicá-lo pela estética sugestiva; isto é, por meio do magnetismo e da sugestão combinados: bem orientar-lhe o espírito, dirigindo sua atenção para a beleza das formas femininas, cercá-lo de modelos célebres em pintura, na estatuária principalmente, e obrigá-lo à leitura de obras românticas em que tais belezas despertem as paixões tumultuosas. Facilitar-se-lhe-á o encontro com mulheres plasticamente sensuais, fáceis às carícias, graciosas, faceiras; não se hesitará até diante de certos subterfúrgios a princípio, tal como, por exemplo, o de provocar o coito do invertido com mulheres vestidas de homem; ou mesmo obrigá-lo a pernoitar com mulheres completamente nuas, ainda que não as goze.

Se, porém, existe, da parte do doente, repulsão invencível para as sociedades ambíguas, recorrer-se-á à convivência em outro meio: mulheres atraentes, sim, porém puras, puríssimas, virtuosas: o seio perfumado das famílias.”

“Frescos Trópicos”
Autores: Ronald Polito, James Naylor Green
Editora: José Olympio
Páginas: 196
Quanto: R$ 23,90 (preço promocional*)
Onde comprar: pelo telefone 0800-140090 ou pelo site da Livraria da Folha

Homofobia deve ser tratada como doença, diz analista
‘Amor entre Meninas’ fala sobre o momento de ‘sair do armário’
Leia relato de adolescente transgênero

Homophobia in Sport: Sporting Identity, Authoritarian Aggression, and Social Dominance (Science Daily)

ScienceDaily (Nov. 16, 2012) — Homophobia exists in many areas of life. It also seems to be particularly entrenched in sport, exercise and physical education (PE) settings of all kinds. But why is this the case?

To find out, an international trio of psychologists have become the first to examine the relationship between investment in physical/sporting identity, certain psychological attributes, and homophobia in PE/sport participants.

The authors, Kerry S. O’Brien, Heather Shovelton and Janet D. Latner, whose pioneering work appears in the International Journal of Psychology, had two goals in mind. First, they wanted to address the lack of quantitative work on homophobia in PE and sport settings. Second, they wanted to examine the role played by established sociological constructs in homophobia. Since other forms of bias such as racism are associated with conservative ideologies and personality traits such as authoritarianism and social dominance orientation (SDO — a preference for social hierarchies), the authors wanted to see whether such traits were also associated with homophobia.

Because heterosexual masculinity and physical identity are defined by physical attributes for both men and women (which gay men and lesbians are often seen as threatening), the authors also explored the relationship between ‘sporting identity and athletic self-concept related constructs’ and homophobic attitudes. The authors posited that individuals who identify strongly as members of a physically oriented group (such as PE/sport science students), place a high value on physical attributes, abilities and appearance (such as strength or skill), or have more conservative ideologies, or may hold more negative attitudes towards those whose beliefs and attitudes differ from their own.

The conclusions bore out the researchers’ hypothesis: anti-gay and anti-lesbian prejudice was greater in PE students than non-PE students, and males had greater anti-gay, but not anti-lesbian, prejudice than females. The differences between the two groups appear to be explained by differences in the conservative psychological traits; higher scores for authoritarianism and SDO were significant predictors. In addition, physical identity and athletic attributes based around masculine ideals also appear related to prejudice in males.

The authors conclude that sport settings may benefit from ‘prejudice reduction initiatives that address the overinvestment in physical attributes and masculine ideas’ and which reinforce social equality and diversity. Such initiatives also need to address the contextual and psychosocial factors that underpin homophobia. While there is of course no suggestion that sportiness itself encourages prejudice, the authors warn that the high levels of anti-gay and anti-lesbian sentiment they found ‘may be due to the contextual influences that enhance or support the expression of homophobia’. In other words, prejudice can become entrenched in a group over time, in accordance with social identity theory (SIT).

The findings presented in this ground-breaking study provide vital new quantitative evidence to support qualitative and anecdotal reports that homophobia is higher in sport and PE than in other settings, making it essential reading for the educators, coaches and sporting professionals who must work together to root it out.

Journal Reference:

  1. Kerry S. O’Brien, Heather Shovelton, Janet D. Latner.Homophobia in physical education and sport: The role of physical/sporting identity and attributes, authoritarian aggression, and social dominance orientationInternational Journal of Psychology, 2012; : 1 DOI: 10.1080/00207594.2012.713107

Mário Scheffer: “Vivemos uma crise sem precedentes na resposta à epidemia de HIV/Aids” (viomundo.com.br)

31 de julho de 2012

por Conceição Lemes

Mário Scheffer: “A condução é conservadora, defasada. A criatividade, a ousadia e o diálogo permanente com a sociedade civil  cederam lugar à arrogância”

Terminou nesta sexta-feira, em Washington, Estados Unidos, a 19ª Conferência Internacional sobre Aids. O Programa Nacional de DST/Aids, que até então era festejado e apontado como modelo para o mundo, sofreu críticas de especialistas durante toda a semana.

“A história de sucesso do programa brasileiro de aids entrou em declínio por fatores como a saída de recursos internacionais e o enfraquecimento da relação entre o governo e a sociedade civil”, avalia Eduardo Gomez, pesquisador da Universidade Rutgers de Camden, em Nova Jersey, EUA. “Historicamente, o programa brasileiro de aids tinha uma conexão forte com as ONGs, mas agora elas estão sem recursos e sem motivação. O governo precisa delas para conscientizar as populações difíceis de atingir.”

“O aumento da pressão de grupos religiosos e a redução das campanhas de prevenção junto às populações de maior risco são a maior ameaça ao programa brasileiro anti-aids”, pondera Massimo Ghidinelli, coordenador de Aids/HIV da Organização Panamericana da Saúde (OPAS). “Parece que, nos últimos anos, os grupos religiosos ficaram mais fortes e há uma menor intensidade na maneira pela qual o programa lida com questões de homofobia e sexualidade.”

Ontem, quinta-feira 26, ativistas brasileiros presentes à 19ª Conferência Internacional de Aids, em Washington, protestaram em frente ao estande do Ministério da Saúde contra o que definem como “retrocesso na resposta contra a epidemia”. O objetivo, segundo eles, foi mostrar ao mundo que o País “não é mais o mesmo” e “vive do sucesso do passado” no enfrentamento da doença.

“Até agora, as críticas eram principalmente de ONGs e ativistas brasileiros. Agora, são de especialistas estrangeiros renomados”, observa Mário Scheffer, presidente do Grupo Pela Vidda-SP. “O programa brasileiro de aids parou no tempo e não é mais motivo de orgulho nacional. Tivemos uma sucessão de perdas acumuladas. Vivemos uma crise sem precedentes na resposta à epidemia de HIV/aids.”

Ativista há mais de 20 anos e também professor do Departamento de Medicina Preventiva da Faculdade de Medicina da USP, Mário acompanha a epidemia de HIV/Aids desde o seu início nos anos 80. Além do olhar afiado e da expertise em saúde pública, ele conhece bem toda a trajetória do Programa Nacional de DST/Aids. Daí esta nossa entrevista:

Viomundo – Começou no domingo (22) e terminou hoje (27) em Washington a 19ª Conferência Internacional sobre Aids. No decorrer da semana, foram feitas várias críticas ao momento atual do programa brasileiro de aids. Você concorda com elas?

Mário Scheffer – Com certeza. Até agora, as críticas eram principalmente de ONGs brasileiras. Agora, são de especialistas estrangeiros renomados. Elas são a prova maior de que o programa brasileiro não é mais a principal referência internacional, perdemos a liderança e o ineditismo, não ousamos mais nas respostas excepcionais que marcaram nossa história de combate à aids.

Viomundo – As ONGs de aids sempre tiveram boa interlocução com o Ministério da Saúde. O que aconteceu?

Mário Scheffer — As ONGs e os ativistas pioneiros que são obviamente mais críticos não são mais ouvidos. O governo atualmente elege os interlocutores que lhes são mais convenientes e deslegitima muitos daqueles que deram contribuições históricas.

Sinal de que as coisas não vão nada bem por aqui é que tanto a crítica ao programa quanto o reconhecimento às ONGs e aos ativistas brasileiros têm que vir de fora.

Aliás, o presidente do Banco Mundial, Jim Yong Kim, em seu discurso na abertura da Conferência Internacional de Aids, domingo passado em Washington, fez um vigoroso elogio aos ativistas e citou especificamente as ONGs brasileiras. Disse que se hoje é possível falar em controle da epidemia e vislumbrar o seu fim, isso se deve fundamentalmente às ações desses ativistas.

Viomundo –  ONGs de aids estão fechando as portas no Brasil. Por quê?

Mário Scheffer – Vários motivos. Crise de pessoal, financeira, de sustentabilidade, não têm sede física, não têm dinheiro para pagar aluguel e telefone, têm que compor diretorias com apenas três pessoas  porque não há mais gente disponível. Também não conseguem mais montar  equipes para executar projetos, para chegar até as populações vulneráveis, o que só as ONGs são capazes de fazer.

Em outras palavras: algumas ONGs estão fechando as portas, como você disse. Mas está havendo também retração das atividades de todas elas.

Viomundo – Mas as críticas não se devem apenas à crise financeira e de pessoal das ONGs de aids?

Mário Scheffer – Essa é apenas uma das pontas da crise sem precedentes da resposta brasileira à epidemia, que também perdeu tecnicamente. Além disso, não há sensibilidade nem determinação do governo para perceber e para contribuir com a superação da crise das ONGs. Pelo contrário. Atualmente há uma crise política de relacionamento e mesmo de desprezo pela história das ONGs. O governo federal tem feito a opção — e isso não é só na área de aids — pela relação paroquial com a sociedade civil, uma política de cooptação e quebra-galho. Não ha mais crítica nem debate qualificado de ideias. Tivemos uma sucessão de perdas acumuladas.

Viomundo – Quais?

Mário Scheffer – Primeiro, perdemos a força do trabalho voluntário por meio do qual as pessoas participavam de nossas ONGs, exprimiam sua solidariedade, doavam tempo, trabalho e talento para a luta contra a aids. Não é mais uma causa mobilizadora e isso tem a ver com a imagem trabalhada pelo governo de que temos o melhor programa do mundo e que por aqui está tudo resolvido.

Segundo, com a ascensão das ONGs picaretas e bandidas, criadas para alimentar a corrupção em vários ministérios, cresceu o preconceito e foram impostas mais barreiras para as organizações sérias, que já tinham dificuldade em acessar recursos públicos.

Desde que realizado com critério, transparência, concorrência pública e rigorosa prestação de contas, as ONGs deveriam ter o direito de acessar fundos públicos para exercer o controle, a fiscalização e a participação nas políticas públicas, como acontece em várias democracias.

Terceiro, diante da imagem de que o Brasil hoje é um país rico e resolveu o problema da aids (o que não é verdade), acabou o apoio internacional às ONGs brasileiras de aids.

Resultado: sem ajuda de comunidades e empresas e com uma causa que não toca mais o coração de doadores e voluntários, passamos a viver a dificuldade crescente de assegurar recursos institucionais para a manutenção das ONGs. Com isso, arrefeceu o nosso ativismo e controle sobre as políticas públicas.

Viomundo – E os financiamentos governamentais vinculados a projetos?

Mário Scheffer – Eles fazem parte de um modelo esgotado em que as ONGs de aids foram reduzidas a mão de obra barata para prestação de serviços que o Ministério da Saúde e secretarias estaduais e municipais de saúde não conseguem realizar. Não bastasse isso, muitas vezes estados e municípios não repassam esse recursos às ONGs e quando o fazem, não há continuidade nem avaliação da eficácia das ações financiadas.

Viomundo – Um pouco atrás você falou que o programa brasileiro de aids perdeu tecnicamente. Em que medida? 

Mário Scheffer — Não houve renovação nem atualização dos quadros técnicos. Os desafios hoje são outros, mas a condução é conservadora, defasada. A criatividade, a ousadia e o diálogo permanente com a sociedade civil  cederam lugar à arrogância. Sem a força e a autonomia de outrora, os programas de aids —  o nacional e vários estaduais e municipais — estão isolados e enfraquecidos politicamente dentro dos governos.

Em São Paulo, por exemplo, muitos serviços municipais de aids estão sem médicos,   os estaduais, superlotados, sendo privatizados, fechando leitos, e os programas de aids sem nenhuma governabilidade sobre isso.

Já o programa nacional nem sequer dá mais as fichas sobre a produção nacional de antirretrovirais genéricos. Hoje é um processo sem transparência. O Ministério da Saúde não dá um passo sem o amém da Casa Civil e dos fundamentalistas religiosos que integram a base governista, o que emperra programas de prevenção de aids.

Viomundo – O que ONGs e ativistas da área de aids querem?

Mário Scheffer — Queremos ser respeitados e ouvidos mas em novos patamares de relacionamento. Ninguém desistiu da luta. Nossas ONGs querem continuar atuando nas diversas frentes, na prevenção, na assistência das casas de apoio, nas assessorias jurídicas, na defesa dos direitos das pessoas que vivem com HIV. Queremos continuar fazendo o mesmo ativismo que nos levou a conquistar o acesso universal aos medicamentos, derrubar patentes, lutar contra a exclusão de coberturas pelos planos de saúde privados, acessar os vulneráveis e alçá-los à condição de cidadãos.

O mesmo ativismo que nos leva a apontar que, diferentemente do que dizem, o acesso aos antirretrovirais no Brasil não é universal, pois o diagnóstico tardio é altíssimo e ainda existem desabastecimentos ocasionais. Que nos leva a dizer que não existe política de prevenção adequada a um perfil de epidemia concentrada em certas populações, como os homossexuais, atualmente os maiores negligenciados de prevenção em aids no Brasil.

Hoje estão ameaçados princípios essenciais que forjaram o combate à aids no Brasil, que um dia chegou a quebrar barreiras e tabus. Essa ousadia necessária deu lugar a um programa sem vida, covarde, que promove autocensura, se alinha com forças retrógradas, como no caso recente da campanha dirigida aos gays.

Um programa que se debruça sobre glórias do passado e exibe uma real incapacidade , lentidão e perda da capacidade técnica e política . Não tem conseguido dar respostas à altura das novas dinâmicas e desafios da epidemia e a comunidade internacional passou a perceber isso.

Neste momento de grandes mudanças, com esperança concreta da cura e controle da aids, novas armas para prevenção, necessidade de ampliarmos a oferta de testagem e tratamento a todos os infectados, o Brasil está paralisado, com seus indicadores de mortalidade e de novas infecções pelo HIV estacionados. O programa brasileiro de aids parou no tempo e não é mais motivo de orgulho nacional.

Is Some Homophobia Self-Phobia? (Science Daily)

ScienceDaily (Apr. 6, 2012) — Homophobia is more pronounced in individuals with an unacknowledged attraction to the same sex and who grew up with authoritarian parents who forbade such desires, a series of psychology studies demonstrates.

The study is the first to document the role that both parenting and sexual orientation play in the formation of intense and visceral fear of homosexuals, including self-reported homophobic attitudes, discriminatory bias, implicit hostility towards gays, and endorsement of anti-gay policies. Conducted by a team from the University of Rochester, the University of Essex, England, and the University of California in Santa Barbara, the research will be published the April issue of the Journal of Personality and Social Psychology.

“Individuals who identify as straight but in psychological tests show a strong attraction to the same sex may be threatened by gays and lesbians because homosexuals remind them of similar tendencies within themselves,” explains Netta Weinstein, a lecturer at the University of Essex and the study’s lead author.

“In many cases these are people who are at war with themselves and they are turning this internal conflict outward,” adds co-author Richard Ryan, professor of psychology at the University of Rochester who helped direct the research.

The paper includes four separate experiments, conducted in the United States and Germany, with each study involving an average of 160 college students. The findings provide new empirical evidence to support the psychoanalytic theory that the fear, anxiety, and aversion that some seemingly heterosexual people hold toward gays and lesbians can grow out of their own repressed same-sex desires, Ryan says. The results also support the more modern self-determination theory, developed by Ryan and Edward Deci at the University of Rochester, which links controlling parenting to poorer self-acceptance and difficulty valuing oneself unconditionally.

The findings may help to explain the personal dynamics behind some bullying and hate crimes directed at gays and lesbians, the authors argue. Media coverage of gay-related hate crimes suggests that attackers often perceive some level of threat from homosexuals. People in denial about their sexual orientation may lash out because gay targets threaten and bring this internal conflict to the forefront, the authors write.

The research also sheds light on high profile cases in which anti-gay public figures are caught engaging in same-sex sexual acts. The authors cite such examples as Ted Haggard, the evangelical preacher who opposed gay marriage but was exposed in a gay sex scandal in 2006, and Glenn Murphy, Jr., former chairman of the Young Republican National Federation and vocal opponent of gay marriage, who was accused of sexually assaulting a 22-year-old man in 2007, as potentially reflecting this dynamic.

“We laugh at or make fun of such blatant hypocrisy, but in a real way, these people may often themselves be victims of repression and experience exaggerated feelings of threat,” says Ryan. “Homophobia is not a laughing matter. It can sometimes have tragic consequences,” Ryan says, pointing to cases such as the 1998 murder of Matthew Shepard or the 2011 shooting of Larry King.

To explore participants’ explicit and implicit sexual attraction, the researchers measured the discrepancies between what people say about their sexual orientation and how they react during a split-second timed task. Students were shown words and pictures on a computer screen and asked to put these in “gay” or “straight” categories. Before each of the 50 trials, participants were subliminally primed with either the word “me” or “others” flashed on the screen for 35 milliseconds. They were then shown the words “gay,” “straight,” “homosexual,” and “heterosexual” as well as pictures of straight and gay couples, and the computer tracked precisely their response times. A faster association of “me” with “gay” and a slower association of “me” with “straight” indicated an implicit gay orientation.

A second experiment, in which subjects were free to browse same-sex or opposite-sex photos, provided an additional measure of implicit sexual attraction.

Through a series of questionnaires, participants also reported on the type of parenting they experienced growing up, from authoritarian to democratic. Students were asked to agree or disagree with statements like: “I felt controlled and pressured in certain ways,” and “I felt free to be who I am.” For gauging the level of homophobia in a household, subjects responded to items like: “It would be upsetting for my mom to find out she was alone with a lesbian” or “My dad avoids gay men whenever possible.”

Finally, the researcher measured participants’ level of homophobia — both overt, as expressed in questionnaires on social policy and beliefs, and implicit, as revealed in word-completion tasks. In the latter, students wrote down the first three words that came to mind, for example for the prompt “k i _ _.” The study tracked the increase in the amount of aggressive words elicited after subliminally priming subjects with the word “gay” for 35 milliseconds.

Across all the studies, participants with supportive and accepting parents were more in touch with their implicit sexual orientation, while participants from authoritarian homes revealed the most discrepancy between explicit and implicit attraction.

“In a predominately heterosexual society, ‘know thyself’ can be a challenge for many gay individuals. But in controlling and homophobic homes, embracing a minority sexual orientation can be terrifying,” explains Weinstein. These individuals risk losing the love and approval of their parents if they admit to same sex attractions, so many people deny or repress that part of themselves, she said.

In addition, participants who reported themselves to be more heterosexual than their performance on the reaction time task indicated were most likely to react with hostility to gay others, the studies showed. That incongruence between implicit and explicit measures of sexual orientation predicted a variety of homophobic behaviors, including self-reported anti-gay attitudes, implicit hostility towards gays, endorsement of anti-gay policies, and discriminatory bias such as the assignment of harsher punishments for homosexuals, the authors conclude.

“This study shows that if you are feeling that kind of visceral reaction to an out-group, ask yourself, ‘Why?'” says Ryan. “Those intense emotions should serve as a call to self-reflection.”

The study had several limitations, the authors write. All participants were college students, so it may be helpful in future research to test these effects in younger adolescents still living at home and in older adults who have had more time to establish lives independent of their parents and to look at attitudes as they change over time.

Other contributors to the paper include Cody DeHaan, Andrew Przybylski, and Nicole Legate, all from the University of Rochester, and William Ryan, from the University of California in Santa Barbara.