Pensando en el activismo encarnado y la relación con la experiencia, creo que puede ser enormemente útil algunos de estos fragmentos de Despret que traduzco para activar el debate…
La postura que caracteriza a Despret y su particular lectura de William James (en castellano véase también el texto “El cuerpo de nuestros desvelos: Figuras de la antropozoogénesis“, incluído en el volumen 1 de la compilación Tecnogénesis) fue resumida brillantemente por Latour en un texto conmemorativo de la postura de Stengers-Despret (titulado How to talk about the body?): “[…] tener un cuerpo es aprender a afectarse, esto es a ‘efectuarse’, a ser movido, puesto en movimiento por otras entidades, humanas o no humanas”(p. 205, traducción propia).
Despret, V., & Galetic, S. (2007). Faire de James un “lecteur anachronique” de Von Uexküll: esquisse d’un perpectivisme radical. In D. Debaise (Ed.),Vie et Expérimentation: Peirce, James, Dewey (pp. 45–76). Paris: Vrin.
“[…] apelamos a [William] James y le reclutamos como lector anacrónico del naturalista [Von Uexküll]: él nos permite prolongar el interés de la práctica de von Uexküll, seguir los actos que crean los accesos a los mundos, que tejen la continuidad de las experiencias, sin recurrir a principios que escaparían a toda experiencia. Al subjetivismo que parecía imponer en teoría lo sustituimos por lo que llamamos un perspectivismo radical” (p.53)
“[La perspectiva] es a la vez una manera de ser afectado –esto es, cómo el mundo me toca–, una disponibilidad a ‘hacerse afectar’ –esto es, las pasiones que tengo que acoger– y una afectación voluntaria –esto es, éste es el mundo que querría habitar–. Es del orden del sentir como del actuar; cada una de estas vías nos conducirían al mismo punto de convergencia: el mundo es una perspectiva del cuerpo” (pp.56-57)
“El perspectivismo se reencuentra con el mundo que el subjetivismo había extraviado: nuestro cuerpo merece nuestra confianza. Porque él confía en el mundo; porque las cosas del mundo no son inertes, sino que actúan sobre él, porque le tocan en lo más íntimo, porque reivindican una importancia y una significación; porque el cuerpo es, sin duda, el que más puede reconocer ‘esa vida pública de las cosas’, esa actualidad presente por la que ellas nos confrontan [cita a W. James]’” (p.59)
“[…] Es a partir de la construcción de una comunidad de experiencia que cada cosa que experimentamos puede convertirse en mundo común” (p.61)
“La perspectiva no puede confundirse con el punto de vista: lugar de paso, promontorio [surplomb] transitorio. Estamos en el interior de un domus, por lo que se plantea la cuestión de cómo amueblarlo; y son las puertas que nos hemos dejado abiertas las que constituyen la perspectiva. De ahí el rol que pudiéramos atribuir al conflicto: el de ser una pragmática de la perspectiva. Un rol doble, de hecho: por una parte el de multiplicar las perspectivas; por otra, el de discriminarlas en función de su capacidad de acogida – ¿Estaremos bien ‘en casa’? ¿Con qué seres? ¿Qué debemos dejarnos fuera? Entonces, multipliquemos las perspectivas: porque qué hace el conflicto si no poblar la escena de actores, naturalezas, fragmentos del universo y dejarlos desplegar sus propuestas” (pp. 66-67)
“Tantos afectos, tantos mundos. Con el conflicto [la polémique] no son tanto sistemas explicativos lo que se pone en juego, sino proposiciones de mundos a habitar, mundos afectados: perspectivas que están en conflicto [la polémique]” (p.68)
“[La perspectiva] es una actitud, es decir, una disposición a ser afectado y una manera de afectar. […] El mundo es una perspectiva del cuerpo. Porque es de él del que todo parte y al que todo vuelve. Él es a través del que el mundo nos toca. Él es el que, actuando, constituye un mundo común. Él es el garante de nuestra confianza. Una perspectiva […] es una manera de habitar el mundo” (p.70)
“[…] la perspectiva es el lugar a partir del cual el mundo se hace nuestro. […] Es a partir de las acciones, es decir, de las relaciones particulares que mantenemos con las cosas de la realidad, relaciones en las que esas cosas nos confrontan, que constituimos un mundo común” (p.71)
“El mundo común se constituye a la vez en el compartir y en la multiplicación de intereses o, más bien, debiéramos decir acción a acción” (p.74)